miércoles, 16 de marzo de 2016

¿Nuevo término? ¡Conoce la diversidad funcional!


Todos estamos acostumbrados a la utilización de "discapacitados" para dirigirnos a u colectivo de la diversidad. Seguramente, a muchos les puede llegar a sorprender que esta nomenclatura no está correctamente utilizada. Esta, tiene una serie de connotaciones negativas, ya que si analizamos su definición de la Real Academia de la Lengua: 


                  "Condición de discapacitado". Exponiendo el siguiente ejemplo: "Percibe una prestación por su discapacidad"



Por tanto, lo define en el sentido de que no se es capaz, de que necesita ayuda o es dependiente. Entonces, todos alguna vez hemos sido discapacitados, ya que por causas del entorno o de contexto, o incluso por condiciones propias y personales hemos necesitado de ayuda externa. Por tanto, cabe plantearse que la accesibilidad es necesaria para todos, si tenemos el ideal de que sólo es necesaria para unas personas especiales que, por sus características, no pueden realizar determinadas actividades: ¿la culpa es de ellos o del entorno inaccesible? 


Todas estas nomenclaturas es la que conlleva la discriminación, es la que obliga a unas personas con unas características diferentes, a agruparse e identificarse como un colectivo que hoy en día sigue luchando por sus derechos humanos, simplemente para que sean tratados con igualdad y autonomía, y por tener las mismas oportunidades que los demás colectivos en esta sociedad.


Una razón de toda esta discriminación es que no se aprecia como se debería a estas personas, todo lo que pueden ofrecer y enriquecer este mundo,
Con esta nueva concepción se pretende dejar de lado lo que se concibe por persona con discapacidad para dar paso, a las personas que son diferentes en cuanto a las funciones, palabras que enriquecen el mundo en el que vivimos.


Con un ejemplo se comprenderá mejor,  una persona sorda se comunica a través de  señas, mientras que el resto de la población lo hace fundamentalmente a través de las palabras y el oído, pero ambas realizan la misma función: la comunicación. Para moverse, una persona parapléjica utiliza una silla de ruedas, mientras que el resto de las población se desplaza con las piernas, pero la función es la misma: el movimiento o desplazamiento.


A muchos, esto les puede pasar desapercibido y no darles la importancia que reclama, pero es necesario remarcar que las palabras utilizadas influyen, y mucho, en el pensamiento ya que lleva en ellas una serie de valores e ideales. Las connotaciones negativas no siempre se consideran y se perciben así, ya que han sido transmitidas a lo largo del tiempo y se han hecho parte de un vocablo cotidiano y aceptado socialmente, y no debe ser así. 


Si además nos paramos a pensar que  incluso en la redacción y publicación de comentarios, leyes, revistas, libros, incluso investigaciones, se emplean términos como discapacitado ( persona que no es capaz), minusválido (menos válido), sordo, inválido, entre otras muchas pues el concepto no fomenta la INCLUSIÓN que se pretenda en la sociedad.


Es aquí, en esta búsqueda de una nomenclatura adecuada y adaptada a esta sociedad cambiante, donde los autores, parten de la necesaria construcción y consolidación de un nuevo término que denomine al colectivo de la diversidad, ya dejando de lado "discapacidad", ya que se intenta que no pueda provocar desigualdad ni exclusión. Por tanto, se pretende proponer un nuevo término para el 10% de la población más excluido y discriminado. Y aparece en 2005 de la mano del Foro de Vida Independiente, el concepto de "diversidad funcional".


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