Como orientadores, una de las funciones principales que tenemos es favorecer a todos los agentes implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje de todo el alumnado del centro una serie de orientaciones metodológicas y dìdácticas.

A modo de ejemplo se proponen las siguientes orientaciones para tratar al alumnado con TDAH:
Referidas a la forma de acceder a los aprendizajes.
Con un déficit de atención sostenida visual y auditiva
que les dificulta realizar y seguir los aprendizajes.
Con un exceso o disfunción en el control de la
impulsividad e hiperactividad que les dificulta realizar y
seguir los aprendizajes.
Referidas al ambiente del aula.
- Reducir distractores
- Organizar la distribución alumnado, formando distintos espacios de trabajo, flexibles, situando al alumno cer del docente entre compañros que le puedan seguir de modelos y sin inferencias.
Referidas a su trabajo en el aula y las diferentes áreas.
- Establecimiento de normas o límites que regulen el funcionamiento del aula.
- Uso de herramientas básicas para el control del comportamiento.
Indagamos en cada alumno según las características:
FALTA DE ATENCIÓN
- Crear un entorno físico y un ambiente estructurado.
- Organizar las tareas a realizar y los materiales a utilizar.
- Asegurarse de que ha entendido la actividad.
- Controlar el tiempo dedicado a las actividades.
- Desarrollar períodos de concentración cada vez más largos
- Ayudar a planificar su vida escolar.
- Aumentar su motivación y capacidad de esfuerzo.
- Controlar la inquietud y el exceso de movimientos inapropiados.
- Fomentar la actividad controlada.
- Controlar los estímulos.
- Afrontar situaciones de manera óptima.
- Definir las normas.
- Favorecer el autocontrol.
- Premiar las acciones adecuadas e ignorar las inadecuadas.
- Aumentar su capacidad de reflexión.
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